Con sus espacios naturales
Pueden ser muchas las razones que te lleven a visitar Asturias: la familia, tus eventos, la diversión, el deporte, la salud, el silencio, una boda. No importa. No obstante recuerda que no puedes abandonar esta región sin sentir y apreciar sus montañas, bosques, valles, ríos, lagos, flora y fauna. Todo ello configura un paisaje espectacular, digno de contemplar y vivir.
Son tantos los espacios naturales que componen Asturias y tan diferentes las maneras de experimentarlos, que nos llevaría toda una vida: deberás elegir y tendrás que volver.
Podemos empezar a conocer el atractivo natural de esta región recorriendo alguno de sus Parques Naturales. No te limites a los más populares. Asturias es un mundo por descubrir. Déjate sorprender por lo desconocido y sumérgete en parajes de una belleza inusual.

Dentro del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, se encuentra la Reserva Natural Integral de Muniellos, Reserva de la Biosfera, cuya visita debe autorizar la Consejería de Medioambiente, ya que solo pueden acceder como máximo 20 personas al día. Está formado por uno de los mayores robledales de España de roble albar, y de los mejores conservados. A pesar de sus pequeñas dimensiones, recoge una importarte muestra de las especies animales más representativas de la fauna cantábrica: el oso pardo, la nutria, el lobo, el urogallo, el ciervo, el corzo, el rebeco o el azor.
El Parque Natural de Somiedo, Reserva de la Biosfera, destaca por la belleza de sus lagos y lagunas, siendo el Lago del Valle el mayor de Asturias. Predominan los bosques de hayas acompañados por encinares, robledales y abedulares. El oso pardo es el mamífero más importante que podemos encontrar en este territorio. Formando parte de su patrimonio etnográfico destacan las construcciones con teitos de escoba, cabañas agrupadas en las brañas somedanas que son lugares de pasto alto y uso estival.

El macizo de Peña Ubiña es la segunda montaña más alta de Asturias. La hallaremos en el Parque Natural de Peña Ubiña - La Mesa que atraviesa los concejos de Lena, Quirós y Teverga. Entre hayas, castaños, robles y fresnos, destaca uno de los acebales más extensos de la región, el acebal de Güeria. Interesantes son sus brezales, aulagares y pastizales. Este espacio reúne la fauna característica de los lugares de alta montaña, destacan las aves rapaces: buitre leonado, alimoche común, halcón peregrino y águila real. También se localizan jabalíes, rebecos, corzos, venados, junto al oso, lobo y urogallo.

El río Nalón nace en su territorio. Los bosques de hayas predominan en sus montes y el rebeco cuenta en este espacio con la mayor cantidad de ejemplares. Nos estamos refiriendo al Parque Natural de Redes, Reserva de la Biosfera, en los concejos de Caso y Sobrescobio. Hermosos valles, vegas y desfiladeros como el del río Alba o de los Arrudos, completan el paisaje. El Museo de la Madera en Veneros, testimonia la abundancia de este material en la zona y su importancia para la fabricación de todo tipo de objetos. Una raza de vacuno autóctona, la asturiana de la montaña o casina, destaca en este lugar.
El otoño con sus variadas tonalidades es la mejor época del año para visitar el Bosque de Peloño, donde los robledales y especies amenazadas como el tejo y el acebo, tímidamente se dejan ver entre una masa de hayedos. Todo esto, dentro del Parque Natural de Ponga. El oso, lobo y el urogallo, son los otros protagonistas de uno de los entornos con mejor grado de conservación.

La Montaña de Covadonga fue el primer espacio natural protegido de España. Actualmente este lugar, ampliado, lo conocemos como Parque Nacional de los Picos de Europa, Reserva de la Biosfera. Está dividido en tres macizos delimitados por los ríos Sella, Cares, Duje y Deva. En el macizo central se localiza el punto más elevado de la Cordillera Cantábrica, Torrecerredo con 2648 m. de altitud, así como uno de los picos más famosos de Asturias, el Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu. En el macizo occidental o de los Picos de Cornión cercanos a Covadonga, se encuentran los lagos Enol y Ercina, consecuencia de procesos erosivos cársticos y glaciares. La gran diversidad vegetal existente, con roquedos, matorrales, pastos, bosques mixtos y caducifolios, responde a un territorio muy extenso, con variaciones de clima, altitud, topografía u orientación. Rebecos en sus montañas, corzos en los bosques, la presencia de rapaces, junto a las nutrias, salmones y truchas de sus ríos y el urogallo entre otros, completan este paraje.
Continuando con nuestro viaje, nos pueden sorprender dos Reservas Naturales Parciales, una situada en la desembocadura de la Ría del Eo y la otra en la de la Ría de Villaviciosa. Son los humedales más destacados del Principado, con una vegetación y avifauna muy rica y variada. Están formados por diferentes espacios donde es posible contemplar aves, realizar rutas, practicar deportes náuticos como el remo y la vela o incluso disfrutar del paisaje en un relajante paseo en barca.

Desde el mirador del Fito podemos contemplar laSierra del Sueve, espacio formado por bosques de hayas, como el hayedo de Biescona, tejeras con más de 8000 ejemplares de tejos y también caracterizado por la presencia de asturcones o rapaces como el buitre leonado o alimoche. Todo ello define a uno de los Paisajes Protegidos del Principado que dispone además de un buen estado de conservación. En el Centro de Interpretación de Gobiendes (Colunga), nos proporcionarán información completa de este lugar, así como rutas para llevar a cabo.
Robles, alisos y encinas encontraremos en la Sierra del Cuera, otro Paisaje Protegido cuya máxima altitud es el Pico Turbina de 1.325 metros. La fauna del lugar está representada por el zorro, la marta, el gato montés, corzos y jabalíes, así como buitres, águilas reales, becada y la presencia de reptiles.
Con impresionantes vistas, acantilados que alcanzan hasta 100 metros de altura y la presencia de un faro, el Cabo Peñas en el concejo de Gozón es el punto más septentrional de Asturias. La diversidad de ecosistemas y la posibilidad de observar aves, completa el atractivo de esta zona. Todo ello configura un paisaje protegido abierto al mar y cercano a los pueblos marineros de Candás y Luanco y a playas de gran belleza como las de Xagó o Verdicio.
Los Tejos milenarios de Lago, Santa Coloma, Salas, Bermiego o Santibáñez de la Fuente. Árboles legendarios como el Carbayón de Lavandera, el ejemplar de Rebollo de Bermiego, el Carbayón de Valentín. Cascadas sorprendentes como las de Oneta.Bufones rabiosos como los de Santiuste o Arenillas. Playas singulares como la de Gulpiyuri. Formaciones inéditas como la Turbera de las Dueñas o la Playa del Espartal, completan este breve pero intenso discurrir por algunos de esos aspectos que hacen única e inolvidable la estancia en esta tierra.